Denominación de origen

 

Uff, buena la película culia. Entrar con poca expectativa y salir más que satisfecho es una de las combinaciones que uno espera al salir del cine. Esta mezcla entre NO documental y NO película te hace dudar en algún momento, como espectador, qué estoy viendo. Pasan cinco minutos y ya tienes una sonrisa en la cara, pero no es una risa causada por chistes, tallas o situaciones. Es como una mezcla de escenas que tienen poco sentido y tienden a ser burlescas y desubicadas.

Los personajes son queridos y humildes; hacen que pases por varias emociones al verlos: entre ternura, risas, un poco de cringe, algo de funa. Pero todo esto funciona demasiado bien. Es algo original, poco visto antes en una película chilena y, la verdad, en otras películas en general, lo cual la hace muy única, inclusive como una nueva forma de hacer cine o contar historias.

Las realidades y personajes de las regiones, especialmente las del sur, son muy fáciles de entender para el resto de Chile. Viven su vida alejada de las weas tontas que se ven en las grandes ciudades. La vida es más simple y con un mayor arraigo que en el resto de las ciudades grandes. Ahí, el lugar de nacimiento se defiende con orgullo.

Lo bizarro de esta historia hace que los personajes—poco pulcros, torpes, con muy pocos recursos y habilidades—den lo máximo de sí mismos para cumplir su objetivo. Un abogado inspirado en nuestro gran Saul Goodman, con sus comerciales malos, es un gran ejemplo.

Generalmente evalúo las películas por las emociones que crean o prometen. Si una wea es de terror, me debe dar miedo. Si es de acción, debo sentir adrenalina. Pero esta historia me hizo pasar por la risa, la pena, la alegría, la frustración, y quizás por algún otro sentimiento que aún no identifico (por falta de terapia, jaja). Maravillosa película o lo que sea: esta 1h26min es un tiempo que vale la pena verificar.

A todos los que alguna vez he escuchado decir que no ven cine chileno porque "habla de puras weas" y está "pegado con la dictadura y Pinochet": esta historia no tiene nada que ver con eso. Refleja una parte de la sociedad, así que vayan a verla, giles.

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